La carrocería de un vehículo actual está fabricada por un enorme conjunto de chapas ensambladas entre sí, unidas por diferentes métodos. El más utilizado es el de soldadura de resistencia eléctrica por puntos que mantiene las características mecánicas y anticorrosivas de la chapa, pero, sin embargo, se trata de una unión discontinua que no aporta hermeticidad entre las uniones, factor que se soluciona mediante los selladores.
Adicionalmente se tienen los elementos móviles para cerrar el habitáculo de un vehículo, puertas, portones y en ocasiones lunas móviles. Por último, se añade la necesidad de una entrada y una salida de aire, como mínimo para la climatización y renovación del aire interior.
La suma de todo ello hace que la misión de mantener la estanqueidad en el habitáculo no sea sencillo, sin tener en cuenta variables como las torsiones que sufre el vehículo durante su utilización y los posibles siniestros que pueden someter a la carrocería a deformaciones o torsiones extremas, que generan, por ejemplo, rotura de los sellantes, desajuste de la piezas móviles, etc., con la consecuente pérdida de hermeticidad.
Identificación del tipo de entrada de agua
Es importante la correcta identificación del tipo de agua que se encuentra en el habitáculo, para poder localizar el origen del mismo.
Generalmente se tratará de "Agentes externos", pero puede haber ocasiones en los que en su lugar sean "Fluidos del propio vehículo".
Agentes externos
Los agentes externos se refieren a líquidos del ambiente.
Pueden ser:
Fluidos del propio vehículo
Los fluidos del propio vehículo son aquellos que pertenecen a sistemas del automóvil.
Pueden ser:
Causas de entradas de agua
Las causas de las entradas de agua pueden ser provocadas por diversos motivos, ya que al tratarse de un conjunto de piezas unidas entre sí por diferentes sistemas y algunas de ellas con la posibilidad de ser móviles, hace que estas causas sean en ocasiones difíciles de localizar, por ello, muchas veces se hace necesaria la utilización de equipos para este fin.
En general, en la gran mayoría de las ocasiones la entrada de agua viene causada por:
Una apertura violenta de la puerta, producida por ejemplo por el viento al abrir la puerta, puede desajustar la puerta y provocar que entre agua, al igual que en un portón.
El estacionar en zonas con vegetación hace que se puedan obstruir los desagües de la caja de agua y que pueda provocar una entrada de agua por los conductos de la climatización.
Un estacionamiento prolongado puede provocar los mismos efectos.
Un siniestro que torsiona la carrocería de forma extrema puede producir la rotura de los sellantes y provocar entradas de agua entre chapas.
Una junta de puerta dañada puede provocar una entrada de agua.
Cualquier intervención de mecánica, de electricidad o carrocería en que el vehículo sufra una manipulación de cualquier elemento puede producir una entrada de agua. Por ejemplo, la rotura o eliminación del protector del panel de puerta -1-.
En caso de lluvia intensa y si los desagües de la caja de aguas se encuentran obstruidos, existe la posibilidad de inundación de la caja de aguas y esto puede provocar la entrada de agua en el habitáculo, a través del conducto de la climatización -1-.